vagancia. no me apetece escribir más. la tortilla opiacea de mi madre me ha apalancado mazo. quiero una garimba. estoy modo homer.
me apetece escribirte un cuento precioso y que lo leas, lo entiendas y no digas nada... que sólo me abraces despacio y me tumbes a tu lado.. que me dejes apoyar la cabecita en el hueco perfecto que hace tu hombro y me acaricies la cintura o el pelo despacio para que me quede dormida. y que después me mires así, ausente, y pienses lo mismo que pienso yo cuando te miro. eres lo mejor que me va a pasar nunca.
odio pensar que no van a venir más cosas buenas después de tí. pero déjame que te cuente ese cuento al oído. créeme cuando te lo lea en voz bajita y con los ojos pillos que pongo siempre cuando hago beatíficas maldades.
hoy estoy a punto de morirme sumergida en esto, pero la melancolía tiene un color tan dulce esta noche que no puedo hacer más que suspirar. y no voy a dejar que haya ni una gota de veneno más. no. puede ser demasiado perfecto.
lunes, 14 de abril de 2008
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