viernes, 29 de febrero de 2008
tengo una aguja de ganchillo clavada desde los ojos a la cabeza. esta mañana leer rayuela en el autobús sólo ha servido para ver alejarse el 1 a las nueve de la mañana desde la acera y ser consciente de la absurda dicotomía de ir en el bus disfrutando de la visión de la gente ajena, en sus burbujas, para después convertirme yo en un sujeto de observación, en mi burbuja, pensando que si morelli que si el rus que si los jueves por la noche, que si kirkagaard, que si la concepción del hombre como suma de puntos de vista y la verdad, todo para llegar hasta aquí y destrozarme la cara contra una pantalla o una fecha o una serie de datos que no debería saber pero que sin embargo, y como siempre, sé. sé todo lo que no debería saber y sin embargo soy incapaz de hacer un comentario del lazarillo de xeito.
(y no, no comemos en compos no? o qué eres, rico?)
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