practicamos el sutil y delicadísimo arte de la indirecta en todas y cada una de las letras que escribimos. elevamos un castillo --de aire y luz-- a partir de una compleja estructura de simbología pervertida. el color blanco, el color verde, el color negro, las estancias spencerianas en portales vespertinos, los gramos de arena blanca, los susurros y las promesas tácitas son todos los cimientos. la mentira es un punto de fuga.
como construímos desde la nada pienso en términos de arquitectura. un puñetazo en el estómago. pero siempre hablamos de que lo nuestro era creación de espacios, tú desde los planos y la pergeñación de laberintos encriptados con letras griegas infinitas; yo desde hojas en blanco y papiros y tratados de semiótica y libros de valente y de panero.
sigo garabateando y emborronando papeles (recordándote... cómo mancho papeles recordándote)

estos meses son simplemente galeano y una sensación escalar de superación que se me clava en el estómago. junto con el puñetazo incesante de cada jueves.



y un disco de los dolares. por lo tanto, también galeano.