esta mañana he estado lavando la sangre de toda la ropa de mi vida. me he acordado del día del apostol. la sangre sale. tarda, pero si combinas el agua hirviendo con el agua helada acaba saliendo a pesar de tus dedos o de tus manos.
sólo la sangre. otras cosas no salen ni con agua hirviendo ni con agua helada ni con sosa cáustica.
besos de sosa cáustica. ojos de sosa cáustica. miradas que ruedan y queman y congelan.
a según que grados las temperaturas ya no existen. ahora me acuerdo de las quemaduras que tenían en los tobillos los presos que caminaban desde moscú, o mosca, hasta siberia
por culpa de las cadenas.
sí, sin lugar a dudas, las peores cadenas son las que uno elige
miércoles, 30 de enero de 2008
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