siento que estamos cosidos por el vientre con algo así como hilo de pesacador, y la herida supura muchísimo, es un puto asco de herida, huele como mi dilatación nueva pero peor. estamos unidos, entonces, y el color de fondo es gris, oscuro, plateado, color tripas de peces muertos.


no sé. no. hoy tampoco. me siento como si estuviera destrozando algo perfecto, no destrozando, hay veces que destrozar las cosas está bien, puede resultar hermoso, en plan romper un cristal enorme de una pedrada o las torres gemelas cayendo. es más como violarlo o cagarme encima o sonrame los mocos con ellos. sacrílega, me siento sacrílega.