... la verdad es que en el fondo nada tiene mucho sentido. la verdad es que, en el fondo, somos poco aparte de tejidos aferrándose a la vida con mayor o menor suerte. la verdad es que, en el fondo, somos tan frágiles, tan rompibles, tan blanditos que nada tiene mucho sentido, ni la literatura, ni la historia, ni la economía, ni el amor, ni las risas de los sábados, ni los conciertos, ni las drogas, ni la política, ni las ideas, ni la sabiduría, ni la amistad... porque la verdad, en el fondo, todo es tan jodidamente frágil que merece la pena disfrutarlo.